Los colchones de resorte generalmente son más duraderos que los de espuma por tener resortes de acero, aunque deben contar con una superficie lo suficientemente mullida para no sentir el resorte. También, son más frescos porque permiten una mejor circulación del aire. Además, existen diferentes tipos de resortes y refuerzos perimetrales que favorecen la calidad del colchón.

Los colchones de espuma brindan movimiento independiente generando menos interrupciones del sueño cuando son utilizados por más de una persona, ya que no hacen ruido durante el movimiento. Son muy estables y rígidos, especialmente los de alta densidad. Además, existen colchones que combinan diferentes capas de espuma para obtener un mejor soporte y comodidad.

La densidad del colchón de espuma no es otra cosa que un indicador de la cantidad de espuma viscoelástica que éste contiene. Se refiere específicamente a los kilos de materia prima que se utilizó por metro cúbico de capa de espuma. Cuanta más densidad tenga un colchón mayor será su resistencia y calidad. También, un colchón con mayor densidad es también un colchón más duro.

Además de los colchones de resortes y de espuma tradicionales, hoy en día existen también los llamados colchones en caja. Principalmente, su característica radica en que pueden ser almacenados en una caja con lo cual su transporte es mucho más sencillo. Están hechos de una espuma especial que puede moldearse mucho más y son tan cómodos como los colchones tradicionales.

A grandes rasgos existen cinco tipos de tamaños de colchón: 1 plaza; 1 plaza y media; 2 plazas; Queen size y King size. Los sommiers de una plaza suelen medir 80 x 190 cm. Los de plaza y media rondan los 100 x 190 cm. Los de 2 plazas alcanzan los 140 x 190 cm. Los más modernos de tipo Queen size llegan a los 160 x 190 cm. Por último, los King size llegan a medir hasta 200 x 200 cm.